Nadie escapa a
las tribulaciones de la existencia, es parte de la experiencia humana. Toda
persona vive su propia historia y toda historia es el resultado de su inherente
construcción. No hay entonces criatura que venga a la vida material que no plasme
su impronta, se esta sencilla o relevante. A la vez hemos de convenir también
que entre ellas existen y existieron muchas extraordinarias y la de Janio
Madureira Da costa, es una de ellas. Este hombre venido del nordeste del
Brasil, llegó al sur argentino cargando una ilusión a veces a consciente, otras
inconsciente, buscando una utopía, aferrado a un mensaje leído por la negra
Candinha en las hojas de cacao. Así fue desplegando su vida sobre la rutina del
tiempo, hace más de cien años atrás, en un punto lejano y perdido de la
Patagonia, en el paraje Los Antiguos de la provincia de Santa Cruz. En aquel
sitio arrojó su existencia, dejando pruebas increíbles de que la vida tiene más
aristas de lo que se cree... el despertar en ella o el partir a su fin no es
más que un eslabón en la cadena infinita de la creación. Por ello podemos decir
en definitiva que Janio Madureira da Costa en su desafió dejó una fantástica
historia de amor que lucha a la lucha constante, una señal llena de fe y de
esperanza, que nos dice que nada está perdido cuando se busca el amor... El
amor verdadero.
A seguir los
pliegos de la vida de este sufrido y desconocido ser, están invitadas aquellas
personas que crean, intuyan o tengan la curiosidad de que la existencia humana
se dota de fuentes y perspectivas más allá de lo frecuente y su saber, explicaría
y mudaría mucho al acontecer humano.
Cueva de las Manos
Provincia de Santa Cruz